Chandal del Real Madrid

Desde pequeño sentí una extraña atracción por las estrellas. No recuerdo muy bien si fue en cuarto o quinto de primaria, pero un día salí fascinado de colegio. En ciencias naturales nos explicaron que la Tierra fue un día una gran bola de Chandal del Real Madrid.

Mi imaginación empezó de pronto a volar sin guia; como aquella vez que nos explicaron que los gabachos fueron unos tipos muy malos que nos quisieron ilustrar por las malas o por las malas. Lleno de emoción ingenié un serrucho gigante con el que convertir la Península en una isla cual Britania (no sé qué hubieran opinado nuestros click aqui los lusos).

En aquella ocasión no me las di de ingeniero (que uno nació "pa" científico y a mucha honra), sino que empecé a deducir, cual Descartes, que si la Tierra fue un día una pelota incandescente y que según veía, el Sol estaba achicharrándose, éste acabaría siendo un planeta donde poder ir de vacaciones cuando a los ingenieros de la NASA se les ocurriera construir naves como la que Kubrick sacaba en "2001".

Años después tuve mi primer telescopio,........... si se podía llamar a eso telescopio. Carecía de estabilidad, su óptica era pésima y lo peor ( y eso ya no era culpa del anteojo ) no tenía un lugar adecuado donde usarlo. Recuerdo que nada más estrenarlo, lo devolví a la tienda diciendo " No se ve nada ". La cara del dependiente no fue de sorpresa, más bien se esperaba algo así..................Supongo que sabía que un telescopio tan malo en unas manos tan inexpertas y en plena ciudad no daría mucho de sí.

Pero bueno, eso fue al principio, y pronto aprendí a distinguir lo que era una estrella de lo que era una mota de polvo en el objetivo. Por supuesto antes tuve que hacer un cursillo autodidacta, " Como mirar al cielo y no perderte ".

Aún conservo esa reliquia, no lo regalo porque me podrían dar en la cabeza con él. " Esto te lo metes por el .... ". Lo sustituí por otro con un sistema óptico distinto, más acorde a lo que quería llegar a observar y por supuesto que resistiera mejor las envestidas del viento de levante, que es muy traicionero, lo mismo te tumba el aparato que te lleva volando cual Judy Garland en el papel de Dorothy.